Día tras día te sientas delante
de tu pizarra, de tu libreta, del ordenador… y preparas una y otra vez tus
sesiones de entrenamiento para dar lo mejor cada día de trabajo. Muchas veces
tus sensaciones son buenas, son las mejores y piensas que va todo controlado de
cara al fin de semana.
Poco a poco, y a medida que te
vas sentando en más partidos al frente de un equipo adulto te das cuenta de que
hay tantísimos factores que no habías tenido en cuenta… bien porque crees que
tus jugadores ya lo deberían de saber, son cosas que no hay que decirle a un
jugador senior nacional, no tengo tanto tiempo como quisiera de pista y voy a
priorizar el trabajo ¿Esta es la idea correcta? ¿Quién dijo que la formación
terminaba?
Gracias a ponerme al frente de un
equipo senior nacional masculino he podido aprender muchas cosas, darme cuenta
de que realmente hay tantas cosas que seguir trabajando y otras muchas que
deberíamos trabajar desde que nuestros jugadores son mucho más pequeños…
Nuestro inicio de liga no ha sido fácil, hemos llegado a las tres derrotas
consecutivas. Es cierto que ha medida que han ido pasando los partidos las
sensaciones y los errores han ido mejorando, pero ha habido dos factores
determinantes para que esa ansiada victoria no llegara hasta el 4 partido. El
rebote y las pérdidas de balón.
Hoy me voy a centrar en el
rebote. Creo que es un fundamento muy poco trabajado pero que al final tiene
una importancia vital para los buenos resultados. Hablando de nuestro equipo...
en los primeros tres partidos nos cogieron más de 15 rebotes ofensivos, es
decir, más de 15 veces que permitimos una segunda opción de tiro, más de 15
veces que no corremos tras rebote, más de 15 veces que tenemos que seguir
defendiendo y en definitiva, que no tenemos el balón.
Si buscas en internet la
definición de rebote nos dice que “es el acto de conseguir la posesión del
balón después de un lanzamiento de campo o de un tiro libre fallado. Son uno de
los objetivos fundamentales de los jugadores altos de un equipo, aunque
cualquier jugador en pista puede intentar conseguirlos”.
En mi opinión esto ha cambiado ya
que no solo depende ya de los jugadores altos de un equipo, en categorías de
formación muchas veces no tenemos jugadores altos, o todos son altos,
normalmente no tenemos esas posiciones marcadas y esto debe de ser un trabajo
de todos. Si hablamos de categorías superiores muchas veces incluso no estamos
defendiendo al hombre y en una defensa zonal encontramos que uno de nuestros
pequeños queda emparejado con un grande del otro equipo y todavía tenemos que
focalizar más la atención en no permitir que ese jugador coja el rebote.
He estado desde la primera
jornada comentando esto con muchos entrenadores con los que convivo en mi día a
día y he llegado a la conclusión de que controlar el rebote defensivo es
determinante, pero que atacar el rebote ofensivo nos permite que el otro equipo
no corra, así es que intento darle una importancia en las sesiones que a lo
mejor antes no le hubiera dado.
Me gustaría presentaros un par de ejercicios
que he podido grabar, entre otros muchos que hemos trabajado, y una serie de
normas sobre las que hablamos y que, en mi opinión, nos han ayudado totalmente
a conseguir nuestra primera victoria, justo, y a lo mejor es casualidad, el día
en que dejamos el equipo rival en menos de 10 rebotes ofensivos, los cuales
fueron todos en la primera parte del partido. (al descanso íbamos 16 abajo y
terminamos ganando el partido de 10)
https://www.youtube.com/watch?v=A9Tq6EVtDBY
-Normas sobre las que hemos
trabajado.
·
Reacción tras un tiro, tanto en ataque como en
defensa, hay un tiro y tiene que haber una reacción.
·
Contacto siempre dentro de la zona, ningún
jugador entra al rebote limpio.
·
Defensivamente no es tanto que yo lo coja como
que mi jugador no lo coja.
·
Ganar espacio para poder atacar el balón.
·
Físicamente: controlar tanto el timing de salto,
como tener la estabilidad suficiente para saltar mientras aguantas choques,
dureza en los contactos.
·
Ser inteligente sabiendo a quien defiendes (si
ataca el rebote, si soy superior físicamente…)
· La defensa no termina hasta que tenemos el
balón.
· En ataque no me quedo parado, si no bajo al
balance tengo que entrar como loco a por el rebote ofensivo.
Cuando yo era jugadora no es algo
en lo que mis entrenadores hubieran incidido con especial atención o era algo
que yo tenía muy interiorizado y no necesitaba que me lo repitieran, pero a
medida que vas viendo más baloncesto te das cuenta que son fundamentos que
deberíamos de hablar mucho más en categorías de formación, que es un fundamento
más a tener en cuenta a la hora de hacer un scouting del otro equipo y que
seguramente y en mi equipo en concreto si controlamos esas segundas opciones de
tiro del otro equipo o tenemos más tiros tras canastas falladas podremos
competir el doble que si no lo tenemos en cuenta. Me encanta seguir aprendiendo
día tras día, de los propios fallos y me encanta poco a poco que a través del
trabajo aparezcan resultados.
GRACIAS POR EL TRABAJO, VAMOS A POR LA SEGUNDA.
Muy buena reflexión Cris. Tuve la suerte de que esto me lo contaste en persona y me pareció algo muy interesante. Yo nunca me había parado a pensar en toda la importancia que tiene un rebote tanto ofensivo como defensivo. Pequeños detalles que marcan la diferencia
ResponderEliminarRealmente interesante, creo que es nuestro deber crear el hábito desde peques de que el rebote, tanto el defensivo como el ofensivo es muy importante para nuestro equipo.
ResponderEliminarEl hábito creo que se puede ir trabajando en paralelo al resto de los fundamentos, por ejemplo diseñando tareas en las que las acciones o los cambios de rol no terminen tras el tiro o la entrada a canasta en las situaciones con oposición, sino que terminen tras uno o dos rebotes. Puntuando los rebotes al igual que puntuamos las canastas
En edades tempranas creo que este hábito es lo primero que debemos inculcar y una vez que lo tengamos más o menos asimilado seguir introduciendo conceptos que les hagan mejorar, saber posicionarse, trabajar el salto vertical, timing del salto, entre otras.
A estas edades (premini, mini) tengo dudas de la necesidad y/o utilidad del bloqueo del rebote y veo más importante ese hábito de ir a buscar el balón tras el tiro de cualquier jugador , el estar atentas a los tiros y trayectorias del balón, trabajar que busquen el balón a la mayor elevación posible, que no lo esperen, que no bajen el balón tras rebote bajo el aro, aprender a saltar con el balón capturado por encima de la cabeza, perder el miedo al contacto, etc.