“Un gran poder conlleva una
gran responsabilidad” le decía el tío Ben a Spiderman, y creo que ahora más
que nunca entiendo el significado de esta maravillosa frase.
Hace unos meses me presentaron la
oportunidad de poder formar parte del cuerpo técnico de la selección mini
femenina de Sevilla. La primera oportunidad de poder participar en selecciones,
un gran reto y sobre todo una nueva oportunidad de crecer. Sin pensar acepté el
puesto.
Cuando aceptas un nuevo reto de
esta magnitud creo que no somos conscientes de las difíciles decisiones que
tenemos que tomar y la repercusión que podemos tener en jugadoras tan jóvenes.
Me parece apasionante lo que conseguimos crear al juntar a jugadoras de
diferentes clubes de Sevilla, el buen ambiente y la unión han brillado desde el
primer día, y seguramente esa haya sido nuestra mayor arma.
Conseguimos formar un equipo de
12 guerreras incansables, 12 locas del balón que no dejaron de luchar ni un
solo minuto del campeonato, 12 niñas que al final no hicieron otra cosa que no
fuera disfrutar.
He podido experimentar lo
diferente que es llevar una selección a un equipo como tal durante toda una
temporada. Nuestra intención desde el primer día era trasladarles un concepto
de juego dando 4 ideas muy básicas y útiles y que no conllevara una dificultad
táctica para la que no teníamos tiempo. Es difícil trasladar una filosofía de
juego a jugadoras que realmente no son tuyas. Echando la vista atrás, puedo
asegurar que lo conseguimos. Tuvimos la suerte de topar con un grupo que
entendió a la perfección el baloncesto que queríamos jugar y ellas hicieron
este concepto suyo propio. Un baloncesto de alta intensidad ofensivo y
defensivo, vivo, con movimiento y sobre todo un baloncesto para valientes.
Como cuerpo técnico tenemos que
realizar un trabajo con ellas motivacional y de confianza casi más que del
mismo juego. Los nervios son un elemento clave en este tipo de campeonatos y la
presión una mala aliada. Tomamos la decisión de no hablar con ellas de las
cosas tácticas que podían presentarnos los rivales, queríamos liberarlas de esa
carga mental y que se centraran en ellas mismas y en su equipo. Conseguimos ser
nosotras en 3 de los 4 partidos que jugamos y eso nos llevó a ganar un bronce
que realmente sabe a una recompensa de todo el trabajo de estos meses atrás.
Me gustaría compartir con
vosotros la única charla que dimos a nuestras jugadoras antes del partido por
el bronce, tras habernos quedado fuera de una final, y destacar como ellas
supieron cambiar su mentalidad y volver a encontrarnos para terminar el
campeonato con un gran sabor de boca:
“Había una vez un
grupo de ranitas que viajaban por el bosque, dos de ellas cayeron a un gran
agujero mientras caminaban. El agujero era tan profundo que parecía imposible
poder salir de allí.
Las demás ranas que
las acompañaban en el viaje se acercaron al hoyo y les dijeron que era
imposible salir, que debían prepararse para la muerte.
Las dos ranitas
aunque estaban muy asustadas no hicieron caso de lo que las de arriba les
decían y empezaron a saltar con todas sus fuerzas sin parar. Probablemente
nunca habían dado unos saltos así, pero aun así no conseguían salir del hoyo.
Finalmente, una de
las dos se rindió, no pudo más y murió, tal y como habían dicho las ranitas de
arriba. Pero la otra no paró de saltar, hasta que por fin en un golpe de suerte
pudo agarrarse a una piedra, impulsarse y salir del hoyo.
Me gustaría que todas
pensarais el significado de este cuento y reflexionéis sobre que ranita os
gustaría ser.
Muchas veces lo que
pensamos de nosotros o lo que los demás dicen de nosotros influye en nuestro
rendimiento. Hay una frase que dice:
“Tanto si crees que
puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”
Si crees que vas a
fracasar seguramente lo hagas, si crees que vas a triunfar inconscientemente
harás todo lo posible porque eso suceda. Eso es justo lo que necesitamos hoy,
creer, luchar, ser fuertes, tener ganas, ser un verdadero equipo.
Esto termina chicas y
los momentos no vuelven, disfrutemos de este último partido juntas. Gracias por
ser como sois”
Este cuento está en el diario de
expedición que escribimos todas juntas y que quedará como recuerdo para todas
ellas.
Tras esta gran experiencia solo
me queda dar las gracias a Ana y a Patri, sin duda las mejores compañeras con
las que pude topar para vivir esta experiencia, a Iñigo, siempre pendiente de
que todo estuviera perfecto, a todas y cada una de las pequeñas grandes
jugadoras que lucharon sin parar haciéndonos disfrutar tanto de este deporte y
trasladándonos a esa maravillosa edad, a todas las familias que no dejaron de
animar y de alentarnos y por supuesto a todas las personas que me acompañaron
en esta gran aventura, los que me conocen saben lo que disfruté y lo importante
que era para mí hacer un gran trabajo.
Espero que el baloncesto nos
vuelva a juntar, espero que sigáis creciendo como jugadoras y como personas, os
merecéis conseguir todos los sueños que os propongáis. Guardo esta experiencia
en mi mochila y aprendo de ella para seguir siendo la mejor versión que yo
tenga como entrenadora, conocer a este gran grupo humano te hace mejor y sin
duda me enseñaron más que yo a ellas.
Yo tengo muy claro
que ranita son
Bonitas palabras y bonita reflexión para todas. Ahora toca seguir trabajando para crecer como jugadoras y poder volver a experimentar esta agradable experiencia
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras Cristina. Ha sido una experiencia inmejorable para las niñas y para las familias. Clara dice que eres una crack!! Y nosotros lo suscribimos!!
ResponderEliminarCris, aceptaste el reto y lo has superado con creces. Escribir con el sentimiento que lo haces en este blog, es parte de ese baloncesto q cada día nos llena el corazón. Gracias por contarlo. Un beso
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