Fin de una temporada con sabor a punto de partida.

 

                Parece mentira que ya se termine esta temporada. Hace solo unos meses ponía un pie en Alcalá de Guadaira, con miedo, con inseguridad, pero con muchas ganas de trabajar y de aprender.

No me resultó difícil adaptarme a mi nuevo hogar, he tenido la suerte de compartir esta temporada con unos 5 equipos diferentes del club, un grupo de tecnificación, mi equipo como jugadora y un gran grupo de compañeros entrenadores. Es decir, desde el primer momento he podido respirar la esencia de un club que trabaja día a día por crecer y dar todo aquello que pueda a todos los jugadores y a sus familias.

Sin ninguna meta en concreto, que no fuera la de mejorar, me puse manos a la obra con todos ellos. Diferentes niveles de trabajo, misma implicación con todos ellos, horas y horas de pulir detalles, transmitir ritmo, exigir defensivamente. Mucho tiempo para conseguir que entiendan lo que para mí es el baloncesto:

Algo vivo, divertido, de valientes e inteligentes, un juego donde el balón se comparte y se busca la mejor opción. Correr, tirar, defender y atacar el rebote como salvajes. Un deporte donde todos nos sacrificamos juntos y donde solo hablamos en primera persona del plural: NOSOTROS.

 

Una vez me dijeron que la mejor manera de evaluar a tu equipo era hacer una foto de todos ellos el primer día de entreno, hacer la misma foto a final de temporada y ver si algo había cambiado.

Al hacer esto te das cuenta de que empezamos como un grupo de niños, algunos amigos, otros no tanto… que querían ser los mejores y terminamos actualmente siendo un equipo de hombrecitos que ha crecido en todos los sentidos posibles de la vida.

Todos ellos han aprendido que la única vía para llegar al éxito es el trabajo diario. Que no nos vale ganar si no hacemos aquello que teníamos que hacer, que no somos los mejores cuando ganamos pero que tampoco somos los peores al no hacerlo. Que ganar es un resultado, pero que nosotros trabajamos para algo mucho más grande.

Al dar ese salto mental, han llegado resultados que ni yo misma esperaba y es que me he encontrado con un equipo capaz de ganar la liga después de perder de 30 un partido contra ese mismo equipo, y a la semana siguiente seguir trabajando para lo que nos viene la próxima temporada.

Ganar para mí no ha sido lo importante, no soy una entrenadora que haya ganado campeonatos nunca. Pero por primera vez tengo muy claro que la manera en la que hemos trabajado esta temporada es la línea que tengo que seguir con todos y cada uno de los equipos que entrene en mi vida. 

Creo que hemos descansado en un único festivo, que hemos hecho físico si no había pista, hemos entrenado cuando hemos sido pocos, hemos visto videos, hemos entendido la importancia de un buen calentamiento, hemos trabajado físicamente, hemos comprobado que yo solo no puedo, que nos necesitamos unos a otros, hemos trabajado el aspecto psicológico en cada dificultad que se nos puso en el camino y todo ello nos ha hecho crecer.

Solo puedo dar las gracias a ese grupo de padres que ha aguantado mi intensidad sin poner ningún problema, al contrario, siempre apoyándome y prestándome toda la ayuda que me pudieran dar.

Esta es la mayor victoria de esta temporada, crecer como entrenadora al lado de un grupo de chavales que han creído en mí. Que me han demostrado que son capaces de mucho más que lo que yo tenía planificado, que me han enseñado a confiar en ellos y creo que esa confianza que nos hemos tenido ha sido la clave de nuestro éxito.

El éxito de un club que no para de crecer, que cada año tiene más y más equipos. Siento más que nunca que estoy en el lugar en el que tengo que estar.

Es la primera vez en mi vida que no pararía de entrenar ni un solo día de este verano con tal de seguir creciendo. Ha sido para mí algo mágico acompañarlos en este salto a canasta grande y ahora seguir creciendo en este último escalón para afianzarse ya con balón del 7.

Pensar en la bonita temporada que nos queda por delante, al margen de los resultados, es algo que me ilusiona a la par que me hace querer estar a la altura de lo que ellos merecen.

Quisiera terminar esta temporada con una frase que leí en el libro de Pep Marí, Equipos Campeones:

 

“Los miembros de un buen equipo se respetan.

Los miembros de un gran equipo se admiran”.

 

Yo admiro a todos y cada uno de los jugadores y jugadoras con los que he podido compartir pista esta temporada. Esto solo acaba de empezar.

 

GO QALAT!




Comentarios

  1. Como siempre te he dicho. Trabajar, trabajar y después, trabajar. Ánimo y adelante

    ResponderEliminar

Publicar un comentario